«En España, mi natura/en Italia, mi ventura/en Flandes, mi sepultura». Se han conservado versos y poemas de los soldados que combatieron en Flandes. Sobre el origen del nombre de «tercios», que reciben los ejércitos españoles, se han dado diferentes explicaciones. Puede que esté relacionado con «tercia», que es un edificio donde se almacenaban los productos que se entregaban por el «diezmo». Este impuesto fue concedido en el siglo X. Desde el reinado de Fernando III, la Iglesia debía destinar una tercera parte de lo recaudado a gastos militares. Con los Reyes Católicos se establece el nombre de «Tercias reales», siendo un ingreso permanente del Estado.

En la Edad Media coinciden en un mismo lugar fortaleza e iglesia y ésta podía ser , a su vez, un monasterio y tener aspecto de casa fuerte. A finales del siglo XV se derriban murallas y castillos, quedando sólo la iglesia, o bien se construye una nueva. Las torres suelen tener un pasado militar, pero se convierten en campanarios. En pueblos y ciudades se conserva el nombre de «tercia» o «tercias» en las calles en torno a iglesias o castillos o donde alguna vez hubo una fortaleza o castillo.

También aparece el nombre de «cilla» en las calles y se refiere a un edificio destinado a almacenar los tributos.»Cilla»originalmente era el almacén de los monasterios. El «cillero» o «cantinero» se encargaba de las provisiones. Este espacio solía ser abovedado y daba al claustro a través de un pasillo porticado llamado «panda». Puede ser que este nombre de «cilla», aparezca en lugares donde hubo un monasterio que fue derribado, dejando un espacio abierto para una plaza. Las plazas porticadas pueden ser el recuerdo de claustros o casas fuertes con patios centrales porticados.

Iglesia de San Miguel del Pino Valladolid). Foto: Wikipedia

Qtro tipo de edificio es el «pósito», destinado al préstamo de cereal a los campesinos para la siembra y que solía pertenecer al Concejo. Las «paneras» se conservan en muchos pueblos como un edificio o una habitación adosada a la iglesia, donde se almacenaba el producto de los diezmos.

La panera del Cura, Matilla de los Caños, Valladolid, junto a la Iglesia de Santa Eulalia

Por otra parte, los campesinos pagaban los tributos reales, que consistían en el Servicio real, el «impuesto de los millones», así como diferentes contribuciones. Los señores feudales percibían tributos de las «tercias» por concesión real, también el diezmo cuando eran patronos o fundadores de conventos, alcabalas, portazgos y martiniegas. Éste último era el tributo de vasallaje que pagaban los Concejos. También podían mantenerse otros tributos de origen medieval. En cuanto al mantenimiento de las tropas, los campesinos debían contribuir proporcionando alojamiento o mediante la entrega de productos, de forma regular o extraordinaria.

La «Guerra de los 80 años» (1568-1648), o Guerra de Flandes, se inicia en el reinado de Felipe II. Con Felipe III se firma una tregua de doce años y se reinicia con Felipe IV. en 1622, Termina en 1648, con el Tratado de Münster, que fue una parte de la Paz de Westfalia, por la que se da por concluida la «Guerra de los 30 años» (1618-1648). Como resultado se produce la independencia definitiva de las Provincias Unidas, la actual Holanda. Termina el dominio de esta parte de Europa por el Sacro Imperio Romano Germánico, bajo el gobierno de los Habsburgo, a favor de Francia, Inglaterra, Holanda y otras potencias que participan, como es el caso de Dinamarca y Suecia. Supuso la ruina económica para la Corona española y para los territorios que fueron devastados por la guerra, principalmente para Alemania.

El conflicto se produjo fundamentalmente por motivos económicos, puesto que Felipe II quería imponer un sistema que impedía el desarrollo económico. Las Provincias Unidas tenían una intensa actividad comercial y otros mercados. La guerra no se pudo ganar con Felipe II y la «Tregua de los doce años«, suponía el reconocimiento de la independencia de las Provincias Unidas en la práctica. El valido de Felipe IV, el Conde Duque de Olivares, reanudó la guerra. Su gobierno se basó en la idea de conseguir un reforzamiento del poder de la monarquía mediante el mantenimiento de la guerra. Para ello aumentó la presión fiscal en todos los reinos y también en los territorios que gozaban de privilegios, contribuyendo como los demás mediante la llamada «Unión de armas«. Se produjeron levantamientos en Cataluña y Portugal, pero también en otras regiones como Andalucia y Aragón, puesto que al aumentar las exigencias reales, la nobleza vio disminuir sus ingresos.

la Guerra de Flandes no se podía ganar, ni con los tercios ni con toda la plata que llegaba de América para pagar los costes, cuando los barcos no eran asaltados por el camino. La guerra tuvo como escenarios los territorios americanos, e incluso Asia. El resultado fue la ruina económica para todas las Españas, además de la pérdida de Portugal y de los territorios incorporados a Francia durante el conflicto en Cataluña.

En Valdestillas (Valladolid), se  conserva una leyenda sobre los soldados de Flandes. Este pueblo está situado en el antiguo camino que unía Madrid y Valladolid. En sus novelas «La ilustre fregona» y «El coloquio de los perros«, Cervantes menciona una conocida posada de la época. La leyenda cuenta que, a la Virgen del Milagro, patrona del pueblo, se le cayó el niño al paso de un regimiento de soldados, y que, delante de ellos, lo recogió en el aire. Podemos suponer que su significado es que los soldados tendrían la esperanza de que la Virgen los protegería y que no les dejaría caer en el frente.

Campo de Criptana (Ciudad Real). Foto: M.Peinado. Lugares con Historia

 

Cerca de Valdestillas, en Olmedo, se conserva el sepulcro de la familia Velazquez del Puerco. Ya hemos hablado en otra entrada de este linaje local. El puercoespín es el símbolo de Luis XII de Francia. No parece haber ninguna relación, puesto que una leyenda atribuye el puercoespín a Pedro Dávila, conocido como Pedro Puerco, fundador de este linaje en el siglo XIV. Sin embargo, hay una relación entre Luis XII de Francia y Olmedo. La tregua que puso fin a las Guerras de Nápoles entre Luis XII y Fernando el Católico, se firmó en el Monasterio de Santa María de la Mejorada de Olmedo, con la presencia del embajador francés, en 1504. El acuerdo se ratifica en el mismo año, firmando el Tratado de Lyon, por el que ambos se reparten Italia.

Mausoleo romano en Gaeta, «Llave de Italia», conquistada por el Gran Capitan en 1503, en la Batalla de Garellano. Foto: Wikipedia

Al servicio de Carlos I, Fernando de Magallanes inició en 1519 una expedición cuyo objetivo era llegar a las Islas Molucas, «las islas de la especiería», sin tener que atravesar territorio portugués. El resultado  fue el descubrimiento de las Islas Filipinas, a las que llamó Islas de San Lázaro. La primera vuelta al mundo fue completada por Elcano, tras la muerte de Magallanes, volviendo por el Cabo de Buena Esperanza.

La colonización de Filipinas tuvo lugar en 1565, cuando López de Legazpi llegó desde Nueva España y fundó un asentamiento, Villa de San Miguel,  en la actual Cebú. El fraile Urdaneta participó en estas expediciones en las que se descubrió el «Tornaviaje», la ruta de vuelta entre Manila y Acapulco. Con Urdaneta y los frailes agustinos que le acompañaban, comenzó la cristianización de Filipinas.

Dicen que Magallanes entregó al Rajá filipino y a su esposa tres regalos, cuando fueron bautizados con los nombres de Juana y Carlos: La Cruz de Magallanes, una imagen de Nuestra Señora y la imagen del Santo Niño de Cebú. Se abandonó Filipinas y al volver en 1565, se encontró la imagen del Niño en una cabaña, sucio y desnudo. Entonces volvió a ocupar un lugar de honor, siendo vestido con símbolos y ropajes reales.

La celebración del Santo Niño de Cebú es muy importante en Filipinas. Se celebra coincidiendo con la Epifanía durante varios días. Se asocia a la Virgen de Guadalupe, puesto que la colonización de Filipinas se hizo desde Méjico. El aspecto del Santo Niño de Cebú es similar al Santo Niño de Praga. En España es equivalente al Santo Niño de Atocha o al conocido como «Niño de la Bola» que se celebra en al localidad de Cuéllar (Segovia), coincidiendo con la Epifanía y el primer día del año. . También es conocido en el País Vasco y Andalucia. Es una imagen que puede aparecer en las dos versiones, desnudo con paño de pureza o vestido con ropajes reales.

Palacio llamado de Pedro I en Cuellar. Casa solariega de la Familia Velazquez de Cuellar, linaje iniciado por Pedro Gonzalez Dávila en el siglo XIV. Según la leyenda fue conocido como Pedro Puerco. Foto: Letras de Viajes

Después de la ruina y bancarrota de la Monarquía española, es posible que los españoles viajaran así a las colonias, con su bola y paño de pureza, pero con la esperanza de encontrar algo mejor. Quienes emprendían esos viajes, no eran libres. Seguían siendo siervos y , si eran colonos, tenían que pagar los tributos correspondientes. De cualquier manera, en las colonias había más campo.

En el pueblo de Las Vegas de Matute (Segovia), todavía se recuerda a un hombre que fue enviado a la Guerra de Independencia de Filipinas en el 98. Dicen que se perdió en la selva y que se le dio por muerto. Pero se encomendó al Cristo del Amor, una imagen que tiene fama por ser muy milagrosa, y pudo finalmente volver a su pueblo.

En la provincia de Alicante existe un pueblo cuyo nombre,»Balones«, se sabe que procede de «valones», gentes que llegaron del sur de la actual Bélgica. Se dice que llegaron durante la Reconquista, pero mirando la historia de Valonia, hemos visto que era una región donde se produjo muy pronto la industrialización, concretamente en la industria del hierro. Obreros valones viaajaron a otros países por sus conocimientos.  Balones está en la comarca de Alcoy, una ciudad que se industrializó y donde se desarrollaron las industria del metal y textil. Podría ser que llegaran obreros valones con el fin de iniciar esta actividad. En la bandera de Alcoy aparece San Jorge. También pudieron llegar obreros ingleses para la industria textil. Pero eso, es otra historia.

Convento de Agustinos Filipinos de Valladolid, dedicado al Santo Niño de Cebú, cuya imagen corona la fachada

 

Imagen destacada: viajesalamedida