El límite entre el bien y el mal no es fijo o inmóvil, o bien, si es que existe, sería muy difícil determinarlo. La palabra «bien» suele utilizarse en oposición a «mal», como si ocuparan dos lugares diferentes. El «bien» puede ser un concepto abstracto o un concepto que se refiere a las propiedades o ganancias. Esta palabra podría dividirse en «bi» que significa «dos» y «en» y se podría entender con el significado de «dos en uno», como se dice en castellano. Así entendido, la mujer o hembra sería un bien, puesto que un embarazo sería una ganancia, mientras que el hombre sería el «mal», aunque biológicamente sea necesario. «Male» en inglés tiene el significado de «varón» y «male» en latín, es un adverbio que indica que algo es desfavorable. «Malus» es un adjetivo con este mismo significado, aunque hay muchas palabras en latín que empiezan por «mal», por ejemplo «malum», que es «manzana».

Jacob es un personaje bíblico, hijo de Isaac y nieto de Abraham. Según el relato, era el segundo de los hijos mellizos nacidos de Isaac y Rebeca, siendo Esaú el hermano mayor. Al hijo mayor le correspondía la primogenitura, es decir, los derechos que de ello se derivaban, en particular en materia de sucesión. Jacob compró a Esaú la primogenitura a cambio de un plato de lentejas. La historia cuenta que Esaú regresó a casa un día hambriento y exhausto y Jacob le ofreció el plato de lentejas a cambio sus derechos como primogénito. Esaú aceptó argumentando que si moría de hambre la perdería de todas formas. En palabras bíblicas, «despreció la primogenitura», por tanto, perdería su derecho legítimo. Un derecho puede ser legítimo, pero la legitimidad no es un derecho, puesto que se pierde por un error, un comportamiento inadecuado o por un plato de lentejas. El episodio conocido como «el sueño de Jacob» podría interpretarse en este sentido. Se cuenta que Jacob tuvo la visión de una escalera que unía el cielo y la tierra, por la que los ángeles subían y bajaban. Según sus acciones, las personas, independientemente de su origen o nacimiento, ascienden o descienden. Aunque existan derechos legítimos por nacimiento, pueden perderlos por sus acciones. Igualmente, pueden no existir derechos por nacimiento, pero se ganarían por sus actos. Aunque exista una norma que justifique un derecho legítimo, a los ojos de Dios no es suficiente, puesto que debe corresponder con la realidad de las acciones de los hombres. Dios acepta el orden establecido por los hombres, pero establece límites, puesto que el hombre no es Dios.

Escalera de Jacob. Siglo XIII

En los relatos bíblicos y en la mitología encontramos historia de hombres y mujeres con todos su defectos, pero al menos son historias de personas adultas. Hoy en día parece que para entender el mundo actual hay que analizar los cuentos infantiles y las películas. Alguien podría decirnos tranquilamente que no le importa perder la legitimidad porque nunca la tuvo o que tiene derecho a equivocarse porque sí, sin importar las consecuencias. Todo el mundo puede equivocarse, pero «derecho a equivocarse» no lo tiene nadie y nadie que tenga un mínimo de responsabilidad en su trabajo o en su vida podría decirlo, porque sería un delirio. Realmente se escuchan afirmaciones increíbles y ante la lógica infantil estamos indefensos.

El «Síndrome de Peter Pan» y el «Dilema de Wendy«, fueron descritos por el psicólogo americano Dan Kiley, al observar el comportamiento de sus pacientes jóvenes y apreciar la tendencia a negarse a asumir responsabilidades de la vida adulta. «Peter Pan y Wendy» es el título original de la obra teatral escrita por el escritor escocés James M. Barrie en 1904. En su tiempo fue calificada como una obra para niños que en realidad era para adultos. La historia comienza con la aparición de una sombra en el domicilio de Wendy, una noche en la que sus padres están ausentes y que, precisamente, es la noche previa al día en que Wendy cumple años. A partir de la mañana siguiente dejará de ser considerada una niña por sus padres y ocupará una habitación separada de sus hermanos pequeños. Esa sombra de Peter Pan puede representar un deseo oculto de Peter de convertirse en adulto, una tentación o un momento de debilidad, quizá por un sentimiento de envidia o curiosidad. Peter Pan recupera su sombra y propone a los niños viajar con él al mundo imaginario de Nunca Jamás, quizá por el deseo de reafirmarse en su mundo maravilloso donde habita, al mostrar a los niños una vida divertida y apasionante que cualquiera podría desear. Podríamos interpretarlo como una tentación también para Wendy, interrumpiendo su llegada a la edad adulta.

Peter Pan sería el héroe de la historia que lucha contra el capitán Garfio. Puede ser que Peter Pan represente el espíritu infantil y que Garfio sea en realidad el otro «yo» de Peter Pan, que ha crecido y envejecido, pero que no puede convertirse en un adulto completo, al estar siempre luchando con el espíritu infantil y estar atrapado en un mundo de fantasía. Como adulto, siente que su tiempo está acabando y el cocodrilo, que simboliza la muerte, le persigue. El cocodrilo ha conseguido llevarse ya algunas partes de sí mismo. Garfio quiere una esposa y realiza un intento de conseguirla raptando a la princesa india, a la que ata al palo mayor, sin embargo, Peter Pan acaba con sus planes.

Los personajes femeninos representan diferentes tipos de mujer, o casi mujeres, por su edad. La princesa india es devuelta a su padre, las sirenas son amigas de Peter, pero son mujeres incompletas, puesto que una parte de ellas pertenece al mundo de la fantasía. Wendy sigue haciendo el mismo papel que en la vida real, puesto que cuida a los niños perdidos. Los niños perdidos no saben quiénes son ni de dónde vienen y podrían ser el otro yo de los piratas que acompañan al capitán Garfio. Los hermanos de Wendy, por su parte, son niños y viven en el mundo de fantasía también en la vida real.

Garfio y los piratas intentan acabar con todos los personajes infantiles. En su intento de atrapar a Peter, Garfio rapta a Campanilla, que representa también otra parte del «yo» de Peter Pan. Podría ser la parte femenina de Peter, que está presente en la adolescencia y que en psicología se le ha dado el nombre de «anima». La identificación inconsciente de Peter con Campanilla explicaría que Peter Pan pueda volar. El rapto podría significar que Garfio reprime esa parte femenina para hacer daño a Peter e intenta acabar con ella. Campanilla está a punto de morir, sin embargo, en el mundo de fantasía, los niños pueden hacer que algo exista si lo desean con fuerza, por ello, Campanilla se recupera y regresa con Peter. Finalmente Peter Pan lucha con el Capitán Garfio y consigue vencerlo, siendo arrojado al mar donde le espera el cocodrilo. Se supone que Garfio ha muerto, al perder el barco que era su último refugio. Después de acabar con su sombra, el espíritu infantil se ha apoderado del barco, pero Wendy y los niños desean regresar a su casa. Wendy sugiere a Peter que se quede con ellos en la vida real, pero Peter decide volver a su mundo de fantasía con Campanilla.

Tigrilla hace latir el corazón de Garfio y Peter Pan. El primero quiere acabar con ella porque le rechaza y Peter Pan, por un despiste, casi deja que el personaje se ahogue, quizá porque le perturba, signo de abandono de la niñez. Finalmente la devuelve a su padre, a salvo en el límite de la edad infantil y antes de ser mujer que «corte mucha leña», como le anuncian a Peter Pan en el poblado.

La carta de Carl Jung a una madre con un hijo homosexual de 1935, es muy conocida y ha sido reproducida muchas veces:

«De su carta deduzco que su hijo es homosexual. Estoy muy impresionado por el hecho de que no mencione usted misma este término en su información sobre él. ¿ Puedo preguntarle por qué lo evita ?. Ciertamente, la homosexualidad no es una ventaja, pero no es nada de lo que avergonzarse, no hay vicio ni degradación.; no puede clasificarse como una enfermedad; consideramos que es una variación de la función sexual, producida por una cierta detención del desarrollo sexual. Muchas personas altamente respetables de los tiempos antiguos y modernos han sido homosexuales, varios de los nombres más importantes entre ellos. Es una gran injusticia perseguir a la homosexualidad como un crimen, y también una crueldad. Si no me cree, lea los libros de Havelock Elis. Al preguntarme si puedo ayudar (a su hijo), se refiere, supongo, a si puedo quitarle la homosexualidad y hacer que la heterosexualidad normal tome su lugar. La respuesta es que, de manera general, no podemos lograrlo. En cierto número de caos, logramos desarrollar los gérmenes arruinados de las tendencias heterosexuales, que están presentes en todos los homosexuales; en la mayoría de los casos ya no es posible. Se trata de la calidad y la edad del individuo. El resultado del tratamiento no se puede predecir. Lo que el análisis puede hacer por su hijo va por una línea diferente. Si es infeliz, neurótico, desgarrado por conflictos, inhibido en su vida social, el análisis puede traerle armonía, tranquilidad, eficiencia total, ya sea que siga siendo homosexual o si cambia».

Comparando este texto con las afirmaciones o las defensas y justificaciones de las «leyes trans» de las que actualmente se habla, también llama la atención que se evite la palabra «homosexualidad» u «homosexual», que es una característica carente de género y es un término científico, que ha sido tratado por muchos profesionales de la medicina y la psicología. Esa sería la característica que se supone que es el objeto de la ley, pero que no aparece en los textos, siendo sustituido por «transexualidad», aunque esta palabra tampoco aparece, siendo sustituida por el diminutivo coloquial «trans» en el encabezamiento de la ley, como si se jugara con las palabras y debiéramos adivinar a qué se refiere, puesto que muchas palabras en el diccionario empiezan por «trans». El término «transexual» o «transexualidad» no es una condición o característica de una persona, sino un cambio físico que ha adquirido como consecuencia de una intervención médica. Sin embargo, como podríamos deducir o intentamos entender, se da el nombre de «transexual» a una persona que desea esa intervención o tratamiento médico y también a la persona que lo ha recibido y que se percibe a sí mismo de forma diferente, como consecuencia. Entonces se daría el mismo nombre a dos situaciones diferentes: una al deseo de ese cambio y la otra, al resultado del cambio, aunque a efectos prácticos, son cosas muy diferentes. Los niños pueden desear muchas cosas pero nadie sabe, ni ellos mismos, si serán homosexuales o heterosexuales en el futuro, pero nuestro políticos han decidido ponerse la «máscara de Dios».

Cabeza de oro del dios Apis. Museo de Viena

Creerse Dios corresponde a una lógica infantil, puesto que se piensa que es suficiente la voluntad o el deseo para el que algo exista, sin tener en cuenta la realidad. Como en el cuento de Peter Pan, si los niños desean algo con fuerza, existirá. Cuando responden a la pregunta ¿ Creéis en las hadas ? y todos responden gritando: ¡ Siiiiiiiii !. En ese «si» que es el mar, es donde el adulto muere y desaparece, ahogado o comido por el cocodrilo. Es entonces cuando comienza el reino del espíritu infantil, donde todo puede suceder. El espíritu infantil nunca muere y siempre vuelve una y otra vez.

La serie de películas de Star Wars podríamos interpretarla igualmente como una versión de este tema, puesto que está dedicada a una sucesión de «niños perdidos». También la película «Poltergeist» tiene algo que contar sobre el asunto que nos ocupa. El personaje de Luke Skywalker de la primera película que se realizó en 1980, se presenta como un joven huérfano adoptado por sus tíos. Por su edad ya ha superado la edad infantil pero sus tíos siguen ocultándole su origen, como si fuera un niño, con la excusa de protegerle. También interrumpen su camino a la edad adulta al negarle abandonar la casa donde viven y hacer su propia vida y su vocación. Cuando finalmente consigue marcharse, por causas ajenas a él mismo o por las circunstancias, sigue siendo un personaje confuso que no sabe quién es. Incluso sus amigos le tratan como a un niño cándido e inocente. Su primer impulso amoroso es un fracaso, por imposible, puesto que, como después se sabrá, Leia es su hermana. Su hermana melliza hace tiempo que se incorporó a la vida adulta y es una líder guerrera.

En las tres primeras películas realizadas, Luke Skywalker será siempre un personaje confuso, que no será capaz nunca de tomar las riendas de su vida y que se pierde en su oscuridad, o en un exceso de iluminación, a pesar de sus cualidades. Además, aunque él intuye la verdad, son los demás los que finalmente revelan «su verdad». En su aprendizaje con el viejo Yoda, es Yoda quien dirige su intuición y es Yoda quien revela que su destino es matar a su padre, como si fuera un destino que no puede cambiar, echándole un peso encima y convirtiéndole en víctima y responsable de una guerra que no era suya. También será víctima de la creencia en intuiciones y sueños o en un supuesto destino, siendo un personaje que tuvo miedo de sí mismo, lo que siempre le impidió crecer. Dart Vader se entera de que Luke es su hijo y también pretende tratarle como a un niño, como si fuera fácil de convencer. Cuando se enfrentan, luchan y Vader le revela que él es su padre pero Luke consigue huir malherido.

Luke y Yoda en «El Imperio contraataca»

La lucha entre Dart Vader y Luke es equivalente a la lucha entre Peter Pan y el capitán Garfio en algunos puntos y tiene bastantes coincidencias en los personajes. Por ejemplo, la dualidad de Peter Pan y Campanilla y los hermanos Luke y Leia. Garfio pierde una mano en un primer enfrentamiento con Peter Pan y desde entonces tiene un garfio por mano, mientras que Luke pierde la mano en su primer enfrentamiento con Vader, aunque gracias a la tecnología, recupera la mano perdida. Al mismo tiempo los papeles parecen invertidos. Matar a Garfio, en el caso de Peter Pan, significa que nunca alcanzará la edad adulta, puesto que es él mismo quien mata esa etapa de su vida. Matar a su padre implica que Luke tampoco alcanzará la edad adulta, puesto que ocuparía su lugar como hijo y ese lugar es la muerte, permaneciendo también en la infancia. Peter Pan no crecerá porque él no quiere y Luke quiere crecer, pero no encontrará su camino como adulto, porque existe una enorme confusión de verdades y mentiras y es utilizado por unos y por otros, tanto por su padre como por sus maestros, para sus objetivos e intereses. Estos últimos quieren que Luke nunca llegue a ser un peligro como su padre y deciden mantenerlo como niño, siendo desde el principio embaucado por unos y por otros, porque se le oculta la verdad. Luke matará a su padre finalmente.

El significado de esta lucha sería que Luke quiere que su padre vuelva a ser un Jedi, es decir, quiere que su padre vuelva a ser un joven o niño lleno de ideales. Por otra parte el padre, que hace mucho que dejó su infancia atrás, que tomó decisiones de las que no se arrepiente, lleno de experiencia de la vida y que tomó su propio camino, equivocado o no, quiere que su hijo, al que no conoce y del que nunca se ocupó, le obedezca. El deseo de Luke sería como si quisiera ocupar él el lugar de «padre», o convertirse en «padre de su padre», devolviéndole al buen camino y diciéndole lo que debe hacer. El padre desea ocupar un lugar en la vida de su hijo que ya no es posible, porque el hijo es ya un adulto y su infancia pasó. No hay tiempo para hablar de «hombre a hombre», sólo les queda un enfrentamiento o lucha en la que sobrevivirá uno de los dos. Las últimas palabras de Vader, la famosa frase: «yo soy tu padre», dejan a Luke, aunque no se de cuenta, fuera de combate en la vida, significa que siempre será un niño.

Luke y Yoda en «Los últimos Jedi»

En cuanto a Ánakin, padre de Luke, empieza la historia como un niño esclavo, como lo es también su madre, de padre desconocido. Su padre abandonó a su madre y él la abandonaría también, aunque de forma involuntaria. Después repite el mismo comportamiento con su esposa o pareja, a la que abandona. De la unión de un esclavo y una princesa nacerán un esclavo de su origen, que será Luke y una princesa Leia. Las últimas películas parecen más confusas en cuanto a padres e hijos, puesto que Luke, siendo su maestro, intenta asesinar al hijo de Leia debido a un sueño o visión que predice que el niño será un peligro cuando alcance la edad adulta. Este acto se explicaría porque permanecer como un niño y creerse Dios es bastante fácil.

El joven se marcha y sigue el camino de su abuelo Vader. Más tarde, matará a su propio padre Han Solo, imitando a su tío Luke. Finalmente Luke, siendo un viejo, parece que llega a entender lo que le ha sucedido en la vida, aunque no está muy claro puesto que se convierte de nuevo en maestro, y termina muriendo en un combate. El hijo de Leia, Ben Solo, también muere en el último capítulo y se intenta poner orden en el lío familiar acabando con lo que sería equivalente a una boda o enlace, dejando a salvo el apellido «Skywalker«, lo cual no deja de ser una ironía del «destino».

Está por escribir qué sucede cuando Peter Pan regresa a Nunca Jamás dirigiendo el barco. Tendrá que rescatar al capitán Garfio si quiere seguir siendo Peter Pan, así que suponemos que no se lo comió el cocodrilo del todo, al menos. El mundo de fantasía tendrá que reordenarse para tener un nuevo equilibrio o volver a su estado original. En la jerarquía establecida por Barrie, los piratas son un peligro para los niños perdidos y Peter Pan. A su vez, los hombres salvajes son un peligro para los piratas. Finalmente, las bestias son un peligro para los hombres salvajes. Puesto que la princesa india no ha desaparecido, Peter Pan necesita a Garfio, para sostenerse. De otra manera, Peter Pan va a pasarlo muy mal, porque tendrá que asumir responsabilidades, algo que le apartaría de la edad infantil. Todas las historias están llenas de pequeñas o grandes mentiras, que se intenta tapar o remendar para que el conjunto pueda avanzar o funcionar, sin embargo, también hay historias no contadas, por ello la segunda parte de Peter Pan es un vacío, porque no la conocemos. Precisamente la existencia de un vacío puede ser el argumento de la película «Poltergeist«, que es otra película en la que se trata el tema de la infancia, padres e hijos.

Batalla de Lepanto por José Ferré Clauzel. Foto: Wikipedia

Miguel de Cervantes fue soldado antes que escritor. Se dice que fue herido en una mano por un disparo de arcabuz en la batalla de Lepanto. Su fea herida a la vista, según explica él mismo, era en realidad hermosa por haber ocurrido en tan famosa e importante batalla. Cervantes estuvo preso en Argel durante cinco años, donde, según el mismo cuenta, «aprendió a tener paciencia». Se dice que sus enemigos le llamaban el «Manco de Lepanto«. Teniendo en cuenta las leyendas sobre su condición física, sería posible que esta herida no fuese motivada por un disparo, sino por sus años como prisionero o esclavo, al haber estado encadenado o quizá remando en galeras. Es una posibilidad porque parece existir en tiempos pasados la asociación, metafóricamente hablando, de la pérdida de la mano con una situación de esclavitud o incapacidad para salir de una situación. Que Cervantes era un hombre experimentado de la vida, se vislumbra a través de sus personajes: «Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias».

Se ha dicho que Cervantes inventó la novela moderna porque retrató la personalidad y el mundo interior de sus personajes. En la segunda parte del Quijote, descubrió también el Mundo Feliz, al borrar la línea de separación entre la realidad de sus lectores, ansiosos de conocer las andanzas del personaje, y la propia novela. Además inventó la telerrealidad o «reality show», aunque la tecnología llegó con unos cuantos siglos de retraso. Siempre se ha dicho que los españoles son «quijotes», pero descubrimos que en realidad siempre han sido «skywalkers», personaje que define perfectamente una personalidad propia. Caminantes en el cielo, en las nubes o en la inopia, víctimas y culpables al mismo tiempo sin saber por qué, cerrando el círculo. Víctimas y culpables de un eterno «timo de la estampita», del que es muy difícil escapar, puesto que es el fundamento de la «cultura española». Porque se acabará con todo, hasta con nosotros mismos, pero el apellido se salva.

Batalla de Lepanto, 1571. National Maritime Museum

Finalmente, resulta que la «Guerra de las galaxias» se adapta a la visión geocéntrica y mecanicista del mundo, que no admite vacíos. Lo que se llama la «Fuerza«, es equivalente al «éter», el quinto elemento aristotélico, que lo envuelve todo y que, por tanto, niega el vacío. La historia es en realidad una venganza del orden establecido, representado por Yoda y lo que queda de los caballeros Jedis, hacía un intruso, Ánakin, al que aceptaron para su causa y que decidió por si mismo marcharse, dejándoles plantados y rechazando todo lo que le habían dado y había alcanzado, llegando a casarse con la reina. No fue solo capaz de abandonarlo todo sino que además se pasó al bando contrario, convirtiéndose en su mayor enemigo. Después de la muerte de Ánakin la historia se diluye, porque Luke se retira y Yoda reaparece como un fantasma que da por terminada la causa de los Jedi, como si ya se hubiera hecho todo lo que había que hacer por su parte. Lo que queda es terminar con el linaje, en la persona del hijo de Leia. Podría ser una lucha de una estructura contra el vacío, puesto que el vacío es el fin de cualquier estructura, por muy compleja que sea y la marcha de Ánakin causa ese vacío. Es Yoda el que prende fuego al templo Jedi, obligando a Luke a salir de la isla y a enfrentarse a Ben Solo en un combate en el que se da a entender que Luke muere, al fundirse con la luz.

Parece que la guerra estaba perdida al marcharse Ánakin para convertirse en Dart Vader. La reina muere, Yoda se retiró a un planeta perdido y el otro Jedi estaba escondido también. Es cuando aparece el personaje de Luke, aunque la esperanza estaba, al menos para Yoda, en que matara a su padre como venganza, puesto que más que una guerra era una resistencia, es decir, un final de una guerra perdida. Cuando muere o desaparece Luke, al final del capítulo en el que la Resistencia consigue huir de su final frente a Ben Solo, la princesa Leia dice que este suceso será la «chispa» que hará renacer a la Resistencia o República frente al Imperio.

Leia, que es una adulta, se identifica en esta frase con la Emperatriz infantil de La historia interminable, cuando dice que los deseos infantiles avivarán la chispa que hará surgir de nuevo el reino de Fantasía. Es como si los padres o adultos hubieran ocupado el papel de los niños o hijos y el hijo, en este caso Ben Solo, intentara convertirse en adulto y resistirse a los deseos de los padres, lo cual, evidentemente, le causa un gran conflicto interior. Bastian, el niño protagonista de la Historia Interminable, accede al mundo de Fantasía cuando da un nombre nuevo a la Emperatriz, llamándola «Hija de la luna», lo cual, literalmente entendido, solo puede ser una fantasía en el Reino de Fantasía. Este nombre de «Hija de la Luna» es un nombre que el niño recuerda que le dijo su madre fallecida, por lo que enlaza con su madre y su niñez, necesaria para entrar en Fantasía. Sin embargo, una vez que se entra en Fantasía hay que salir o permanecer allí para siempre. Se entra como niño pero se debe salir como adulto.

Escena de la película «La historia interminable»

En la novela «La historia interminable» escrita por Michael Ende en 1979, entrar en Fantasía es fácil para el protagonista, sin embargo, lo realmente difícil será poder salir. La película se limita a una parte pequeña de la novela, narrando lo que en la novela sería el principio, cuando Bastian consigue entrar en Fantasía. La película termina al producirse la entrada del mundo de Fantasía en el mundo real, algo que no sucede en la novela. Un personaje de la película dice que no existe esa frontera entre Fantasía y la realidad y es entonces cuando Bastian montado en un dragón, persigue a los tres niños que le habían acosado al principio de la película, por las calles de su ciudad. Quizá tendría que hacerse una segunda parte de esta película, para ver que pasaría al acceder los adultos al mundo de Fantasía, queriendo legislar sobre los deseos de los niños y que tengan consecuencias en el mundo real. Podrían contarnos qué pasará con la Emperatriz infantil y su torre de marfil, también habrá que ver cómo esos adultos consiguen salir de Fantasía o si se quedarán allí para siempre, como antiguos emperadores.

En el mundo actual las ideologías parecen haber llegado a su fin, quizá porque hemos llegado a ese mundo utópico de la igualdad que anunciaba el marxismo. Las ideas han sido sustituidas por los deseos, dando lugar a un protagonismo de los deseos, o «deseologías», tendríamos que decir. Es cuando la responsabilidad desaparece porque quienes conceden los deseos no son responsables de sus consecuencias. Los responsables son quienes piden deseos, por el hecho de pedirlos o por aceptarlos. Para quienes vivimos en la «cultura española» lo entenderemos mejor si pensamos que sería una versión mejorada del «timo de la estampita», que se adapta a los tiempos. La idea de «progreso» ha sido sustituida por un «finalismo» puesto que las ideas con frecuencia se estrellan contra la realidad y se enfrentan a la responsabilidad de los resultados. Sin embargo el «finalismo» permite no tener en cuenta la realidad, puesto que es un fin superior que está por encima de las circunstancias, por lo tanto, evita la responsabilidad. A ello se une la visión geocéntrica y mecanicista del mundo que no ha podido ser superada, dando lugar a un «horror vacui» o «terror al vacío», que impulsa la invasión de todos los aspectos de la vida, precisamente debido a la huída de la realidad o al deseo de ocultarla, siendo incapaces de afrontar los problemas reales o analizarlos con objetividad, optando por desviar continuamente la atención hacía cuestiones inventadas o ilusorias.

«Los mundos de Robert Fludd». «Theatrum Orbi» o «teatro del ojo de la mente». «El «arte de la memoria» requiere una colección ordenada de «lugares de la memoria» en el ojo de la mente. El teatro está lleno de lugares para colocar las cosas que hay que recordar. Estos espacios se despojan de imágenes y se reutilizan en sucesivas ocasiones». Podemos deducir que los niños desarrollan la memoria incluyendo y rechazando imágenes continuamente, por razón de su edad y desarrollo, olvidando todo lo que en un momento determinado era importante en su teatro del ojo de la mente.

El síndrome de Wendy, más frecuente en las mujeres que en los hombres, se complementa con el síndrome de Peter Pan. Se dice que es habitual que un Peter Pan tenga una Wendy para que haga todo lo que el no hace y se responsabilice de todo lo que él evita. Quienes lo padecen «no controlan el rumbo de su vida y se esfuerzan por controlar la vida de otra persona. A veces asumen el rol de los padres que no tuvieron o son personas que se sienten imprescindibles, que entienden el amor como sacrificio o insisten en asumir las responsabilidades de otra persona. Son habituales las conductas de manipulación, chantajes emocionales y económicos. Utilizan la mentira como herramienta cotidiana y la manipulación de los hijos. Llegan a presentar sentimientos de odio a la pareja, deseos de venganza, no ser capaces de reconocer el grado de daño en el otro, por tanto el sentimiento de culpa no existe o utilizan la justificación como palanca de apoyo a sus actos».

Batalla de Lepanto por Andrea Vicentino en 1580. Palacio Ducal de Venecia

El último episodio de Star War, titulado «El ascenso de Skywalker«, resulta un tanto deprimente desde el punto de vista de los hijos, teniendo en cuenta que en un bando en esta guerra, los hijos o niños son propiedad del Imperio, puesto que servirán como soldados, y que, en el otro bando, que sería la República, son considerados una prolongación de los padres y deben servir a sus objetivos e intereses. Aunque es una República, parece se da mucha importancia a la sucesión de padres a hijos. Por otra parte, no sólo deben servir a sus padres, sino que son vistos desde pequeños como sospechosos de ser un potencial peligro para sus padres y sus intereses. En el caso de Luke, se le mantiene aislado e ignorante y en el caso de Ben Solo su propio tío Luke intenta matarlo mientras dormía. También en el otro bando, la niña Rey es una niña «perdida», abandonada por sus padres de los que desconoce su identidad, pero que finalmente se descubre que es nieta del emperador, quien también pensaba que la niña era una amenaza y quería matarla. Resulta ser una historia de adultos infantiles y de hijos que no pueden crecer, estando sus padres y familiares directos dispuestos a acabar con ellos, aunque la justificación sea el conflicto de la guerra en la que están inmersos.

El personaje de Ben Solo es el más castigado desde el principio por ser hijo de su madre y nieto de su abuelo. Tras el intento de Luke de matarlo, huye y se convierte en aprendiz del emperador. Ben Solo cambia de nombre por el de Kylo Ren y sirve al emperador, aunque tiene dudas y lucha contra sus sentimientos. El suceso que sitúa a Ben Solo como claramente «malo», es cuando mata a su padre. En la escena el padre trata al hijo como si fuera un niño pequeño, diciéndole que vuelva a casa con su madre. No tiene mucho sentido esa escena, porque el hijo no huyó de la casa por su mal comportamiento, sino porque quien debía protegerle y a quien sus padres habían confiado su cuidado, intentó matarlo, por ser quien era, por imaginar en él una amenaza. Era un niño al que su propia madre y su tío veían como un posible enemigo, y ambos estaban dispuestos a acabar con él. Al matar a su padre consigue separarse totalmente de su madre, siendo imposible una vuelta atrás. Sin embargo, matar a su padre tendría el significado de no alcanzar la edad adulta, como le ocurre en la película. Lo intenta antes de matar a su padre, pidiendo a Rey que se una a él en contra del emperador, pero esta le rechaza al verle como un enemigo, al ser aliada de su tío y de sus padres. Después también fracasa y es herido o está al borde de la muerte, pero se recupera gracias a los poderes de Rey. Finalmente se unen frente al emperador y Rey a punto de morir, es salvada por Ben Solo con sus propios poderes, muriendo él mismo por el esfuerzo. Leia muere, pero su cuerpo no desaparece como Jedi, sino que espera a que muera su hijo para desaparecer al tiempo que el cuerpo de su hijo, lo cual es como si volviera a ella, como si no le permitiera ser un adulto ni en la muerte. La guerra, que estaba perdida, se gana gracias a los superpoderes de Rey y todo queda eclipsado por esos superpoderes.

Muerte y caída de Han Solo, desde su escalera a ninguna parte.

Una vez encontrado ese sentimiento de miedo de los adultos hacia los niños y jóvenes en la película, habría que pensar que es posible que exista ese miedo en la sociedad actual. En la película, hemos encontrado en Leia a una emperatriz infantil dispuesta a acabar con su hijo y en Luke a un hombre que no fue capaz de convertirse en adulto, que temen al hijo, por lo que pueda hacer en el futuro y al que matarán antes de permitirle tomar decisiones en la vida. En el caso de Luke, porque él nunca tomó decisiones por sí mismo. Leia desea y cuando se desea, no se mira la realidad, por tanto nunca vio al niño como un niño sino como un arma, pero no conmigo o contra mí, porque eso sería decisión del hijo, sino conmigo o la muerte y en caso de duda, mejor la muerte. Además Leia encontró a Rey, que tenía más superpoderes que su hijo y le venía mejor para sus intereses, puesto que sabía quien era la niña en realidad.

En todas estas películas está el miedo de los adultos hacia los niños y jóvenes y el deseo de utilizarlos y engañarlos. En cuanto al personaje de Leia, la encontramos al mando cuando era joven, pero también tenía miedo y necesitaba el apoyo de su marido. El marido era el hombre ideal puesto que la ayudaba y protegía sin estar interesado en el poder en absoluto. Cuando Hans Solo se enfrenta a su hijo y le pide que vuelva a casa, la escena no tiene sentido porque los responsables y quienes debían hablar y pedir disculpas eran Leia y Luke, sin embargo, envían a Hans Solo como recadero. En ningún momento vemos a Luke y a Leia disculparse o ser responsables de sus acciones como adultos, o dar explicaciones al hijo. Lo único que se puede deducir es que sus planes eran matarlo de niño y de adulto, en cuanto hubiera ocasión. El emperador adopta al hijo porque para él es un arma que va a utilizar contra la «Resistencia» y Leia adopta a Rey porque va utilizarla para destruir al hijo y contra el emperador, siendo entonces un plan maestro. Al final, después de reventar todas las estructuras como resultado de la guerra, no sabemos que sucederá en la galaxia, aunque sabemos que Luke y Leia en el más allá están encantados y que la estampa final es un bonito atardecer en el que Rey parece ser «Hija de dos lunas».

Foto destacada: Piezas del ajedrez de la isla de Lewis. Foto Wikipedia