Lo que vamos a contar puede calificarse como ficción, puesto que vamos a hablar del país de Nunca Jamás. Un lugar donde lo que sucedió no sucedió. No es posible encontrar pruebas solo sospechas y coincidencias.

Leonardo da Vinci (1452-1519) fue uno de los artistas más importantes del Renacimiento. Se ganó la vida al servicio de nobles y reyes. Posiblemente conoció a Ana de Bretaña (1477-1514), cuando todavía era una niña, y coincidiría con ella más tarde, siendo la esposa de Carlos VIII, convertida ya en reina de Francia.

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La bella princesa. Leonardo da Vinci. Wikimedia

La Monalisa de Isleworth se atribuye a Leonardo, pero no hay seguridad sobre la autenticidad de esta autoría. Sin embargo, tiene algún sentido que pintara este cuadro. Representaría a Ana de Bretaña, de unos veinte años, cuando murió Carlos VIII. Era joven, pero, desde que se casó, a los catorce, había tenido cuatro hijos y ninguno había sobrevivido. Podría representar un momento sombrío y extraño de su vida, por la incertidumbre.

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Monalisa de Islewort. Wikimedia

Al poco tiempo se casó con Luis XII y se convirtió de nuevo en reina de Francia. El mundo de aquella época era cruel y absurdo, sin embargo, parece que Leonardo se sintió feliz cuando estuvo al lado de esta mujer. No se puede dudar que ella le correspondió con su afecto. No fue un amor platónico, por la diferencia de edad y condición, puesto que él solo quería lo que ella le daba, que era su sonrisa.

En la tumba de Leonardo, el epígrafe atribuido a Vassari, reza «…emori in sinu regio meruere». Un error de interpretación ha hecho pensar que estas palabras se refieren a Francisco I. Se pensó que acompañó a Leonardo en el momento de su muerte. Se ha comprobado que esto no pudo ser así, por la fecha en que murió. No significa que murió en el pecho de Francisco I, sino que tuvo el afecto, o estuvo en el corazón, de Ana de Bretaña.

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Francisco I asiste al último suspiro de Leonardo da Vinci. Dominique Ingres, 1818

La confusión se debe a la palabra «regio», que se traduce como «rey». Ana de Bretaña fue «Rey de Bretaña», no fue solo una reina consorte de Francia, donde existía la Ley Sálica y las mujeres no podían reinar. Esta confusión, de ser rey siendo mujer, explicaría que Leonardo incluyera su rostro, muchas veces, para representar a un hombre joven. En cuadros de temática religiosa suele representar a San Juan con un rostro femenino.

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La última cena. Leonardo da Vinci. Foto: Wikimedia

Ana de Bretaña murió en Enero de 1514. Leonardo se trasladó al Castillo de Clos-Lucé en Amboise (Francia), en 1516, donde pasó los últimos años de su vida. Este palacio fue un regalo de Carlos VIII a su mujer, Ana de Bretaña. Un pasadizo subterráneo comunica este edificio con el Castillo de Amboise, que fue residencia real.

Todavía se conserva la habitación de Leonardo y la cabecera de la cama, donde dicen que estuvo el retrato de Monalisa, del que nunca se desprendió. El fondo del retrato representa un «mas allá» de paisaje montañoso, un camino interminable y un puente en el medio de ninguna parte.

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Mona Lisa. Leonardo da Vinci. Foto: Wikimedia

En Bélgica existen fiestas tradicionales que incluyen la figura de un dragón. Son similares a las que hay en el Sur de Francia, en Tarascón y también en España. Como hemos contado en anteriores artículos la «Tarasca» puede representar a Luis XII, cuyo emblema es el puercoespín. Santa Marta podría representar a Ana de Bretaña.

En los lugares de Bélgica donde existe esta tradición, también hay una Santa, que es patrona de la ciudad. En Mons, la patrona es Santa Waudru, cuyas reliquias son paseadas por la ciudad en un carro de oro, el día de la fiesta. Dice la leyenda que esta Santa pertenecía a la aristocracia del país. Era hija de reyes y se casó con un conde, llamado Madelgaire. Nacieron cuatro hijos del matrimonio, dos hijos y dos hijas. Cuando los hijos alcanzaron suficiente edad, decidieron retirarse y llevar una vida religiosa. El Conde se cambió el nombre por el de Vicente y ella fundo un oratorio, que después fue convento, aconsejada por su confesor, San Ghislain.

San Ghislain y Waudru se enamoraron. Se encontraban a medio camino en un pasadizo subterráneo que unía el oratorio y la abadía de San Ghislain. Ante el requerimiento del confesor, se dice que ella respondió, «Quare non?», que se ha traducido como «¿Por qué no?», en francés. Quaregnon es un pueblo situado entre la ciudad de Mons y Saint Ghislain. Sin embargo, esto puede no ser una interpretación correcta. Quaregnon es «Qua reg non» o «Cua reg non», que quiere decir «En el encierro no soy una reina».

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Santa Waudru y sus hijas. Colegiata de St Waudru de Mons. : Wikimedia