Parque arqueológico de los hornos del Zancao.
Foto: Ayuntamiento de Las Vegas de Matute (Segovia)
Siguiendo la línea marcada por nuestra primera editorial buscamos alguna pista para explicar la presencia de un santo como Tomás de Canterbury, en un pueblo como Las Vegas de Matute. Tendremos que remontarnos al siglo XII cuando podamos dar una explicación.
Sin embargo, en nuestra visita a este pueblo, encontramos otra historia que contar, aunque en este caso tenemos que adelantarnos hasta el siglo XVI. Existen algunos puntos en los que apoyar este relato e intentaremos hacer una reconstrucción de lo que pudo suceder en estos años.
La cal es un material muy abundante y tuvo múltiples aplicaciones desde la Antigüedad. Era imprescindible en la construcción, para pintar y encalar. En las edificaciones se utilizaba la argamasa, una mezcla de cal, arena y agua.
Los caleros de Las Vegas de Matute produjeron la cal para la construcción del Monasterio de El Escorial. Desde el inicio de este gran complejo, en 1562, se tiene constancia del funcionamiento de los hornos. Toda la cal de la obra de El Escorial se fabricó en las localidades de Villacastín, Ituero y las Vegas de Matute.
Si retrocedemos a principios del siglo XVI, en 1510, se publica en Sevilla «Las hazañas de Esplandián«, escrito por García Rodriguez de Montalvo, continuación del éxito literario del Amadís de Gaula. El nombre de California aparece por primera vez para referirse a una isla que es el Reino de Califia o Calafia:
«Es conocido que a mano derecha de las Indias hay una isla llamada California, muy cerca de esa parte del paraíso terrenal, que está habitado por mujeres negras, sin un solo hombre entre ellas, que viven al estilo de las amazonas. Tenían el cuerpo robusto, con corazones fuertes y apasionados y grandes virtudes. La isla misma es una de las más salvajes del mundo por sus escarpadas y llamativas rocas. Sus armas están todas hechas de oro. La isla está repleta de oro piedras preciosas por todas partes, hasta tal punto que no hay otros metales.»
A finales de la Edad Media se descubre el Nuevo Mundo, una realidad que parecía una leyenda. De alguna manera tuvieron que integrarse esas noticias que llegaban de tierras lejanas en la visión del mundo de aquella época.
Las mujeres negras simbolizan la tierra fértil, el nombre de Califia significa fortalezas y castillos. La idea de algo cercano a un paraíso sería un lugar tierras fértiles, donde construir una fortaleza para guardar el oro y las riquezas.
Podríamos imaginar a los reyes y señores feudales pensando cómo controlar esas tierras tan extensas. Del mismo modo que controlaron la península construyendo fortalezas y castillos, pensarían que iban a hacer lo mismo en el Nuevo Mundo. Por ello los caleros debieron estar entre las gentes que enviaron de forma prioritaria.
Bajo el reinado de Carlos I, la Guerra de las Comunidades terminó en 1521 con la derrota de Villalar. La villa más importante de esta zona era Villacastín. La nobleza local se mantuvo fiel al monarca, por lo que contó con el apoyo real y adquirió un protagonismo que se prolongó durante los siglos XVI y XVII, además de ser un centro donde confluían las cañadas reales y por la cercanía a Madrid. La nobleza ocupó puestos importantes en la Corte y también en el Nuevo Mundo.
Aunque es algo anecdótico, los nombres de algunas ciudades conocidas de California coinciden con algunos nombres de los pueblos de Segovia, como Las Vegas, los Ángeles, Santa Bárbara (patrona de caleros y mineros), San Francisco, Fresno (Fresno el Viejo en Valladolid). Tan cierto es que caleros y gentes de Segovia llegaron a California, como a cualquier otro lugar de la Nueva España. Estas ciudades fueron en gran parte fundaciones franciscanas puesto que esta orden se encargó de la evangelización de aquellas tierras. La coincidencia de algunos nombres se debe a que hubo conventos franciscanos en Villacastín, Monasterio de Nuestra señora de los Ángeles y Monasterio de Franciscanos Descalzos, como también hubo franciscanos en otros muchos pueblos y ciudades.
No tenemos ninguna información para establecer una relación entre California y Segovia, excepto, algo que nos contaron en el pueblo de Las Vegas de Matute. Se dice que hubo indios navajos en Segovia, sin determinar en que momento tuvo lugar ese traslado de gentes. Podríamos imaginar que eran niños y que fue con la intención de que aprendieran el oficio de caleros. En el retablo mayor de la iglesia de Las Vegas hay unas esculturas que representan ángeles, pero las plumas son de indios americanos. Esta es la explicación que se da en el pueblo.
Esperamos que esta historia sirva al menos para recordar a aquellos caleros, hombres de cal, que viajaron a California, el país de los hornos de cal, para encontrar la fortuna, la riqueza o la tumba.
California, Baja California. Artículos de la Wikipedia
Hornos de cal en Vegas de Matute. El conjunto del Zancao, siglos XVI-XVIII por José Miguel Muñoz Jimenez y Pablo Schnell Quierant, 2007
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