Nuestra Señora del Refugio    Foto: Museo Arqueológico de Orense

La Virgen del Refugio del Museo Arqueológico de Orense, es una imagen de finales del siglo XII que procede de una ermita que existió en un pueblo llamado Compostilla, hoy en día un barrio de Ponferrada. La iconografía corresponde a un tipo frecuente de esta época, en el que se representa a María entronizada con el Niño en su regazo, mientras muestra con la otra mano el símbolo de la manzana, que a veces puede ser una rosa.

Tal y como se conserva esta imagen mutilada podría ser una metáfora del fin del mundo, sin descendencia y sin esperanza de resurrección. Pero se encuentra en este estado porque está en un museo. Si estuviera en una iglesia o ermita tendría unas manos nuevas, sus símbolos y ropajes correspondientes.

Como explica ampliamente en sus libros Carl Gustav Jung. «el que alguien se rinda a estas imágenes eternas es cosa normal. Para eso existen. Han sido creadas de la materia virgen de la revelación y reflejan la experiencia primera de la divinidad. Estas imágenes se hallan integradas, muchas veces merced a un trabajo secular del espíritu humano, en un sistema de pensamientos ordenadores del mundo y están representadas por una institución que es la Iglesia».

La prueba de que hemos perdido sensibilidad hacia la capacidad de estas imágenes para atraer, convencer, fascinar y dominar, es que muchas de ellas están en los museos. Pero viendo el encanto que conserva esta imagen a pesar de todo, solo podemos afirmar que Carl Jung tiene mucha razón.

La existencia de estas imágenes medievales es explicada por medio de leyendas. Algunas cuentan que fueron encontradas por un pastor, porque habían sido enterradas siglos atrás, cuando la invasión musulmana. En un determinado momento son recuperadas, y es voluntad ser instaladas de nuevo en una iglesia, lo que justifica la construcción de una iglesia y la fundación de un pueblo. Algo por otra parte frecuente en nuestra historia de reconquista y repoblación.

Otras veces, después de grandes catástrofes, estos sucesos no parecían tan irremediables si al menos se salvó la imagen de la Virgen. Pueden, durante siglos, esperar escondidas en alguna cueva, hasta el momento en que sea posible regresar, mejor a esta tierra que a cualquier otro planeta habitable.

Arquetipos e inconsciente colectivo, Carl G. Jung
Nuestra Señora del Refugio de Compostilla. Museo Arqueolóxico Provincial de Orense