El orbe o esfera celeste, donde se representan estrellas y constelaciones, es una esfera ideal, concéntrica con el globo terrestre, en la que aparentemente se mueven los astros. La esfericidad de la tierra era conocida por los antiguos griegos. Eratóstenes (Cirene, 276 a.C.- Alejandría, 194 a.C.), es conocido por ser la primera persona en calcular la circunferencia de la Tierra, lo que hizo comparando las altitudes del sol del mediodía en dos lugares separados por una distancia norte-sur. También calculó la inclinación del eje terrestre y la distancia de la Tierra hasta el sol. Al intercalar cada cuatro años un día adicional, ideó el año bisiesto. A Eratóstenes se le atribuye la invención de la esfera armilar o astrolabio esférico, siguiendo el modelo geocéntrico del universo, que aún se empleaba en el siglo XVII, para sus observaciones astronómicas y para determinar el intervalo entre los trópicos. Sus cifras fueron adoptadas después por Claudio Ptolomeo. Se debe a Eratóstenes el primer mapa del mundo, incorporando paralelos y meridianos, aunque limitado al conocimiento geográfico disponible en la época. El mundo conocido por los griegos se extendía desde el norte de Europa hasta el norte de África, el Mediterráneo, el mar Negro, Asia hasta la India, la Península Arábiga, el mar Eritreo, que corresponde al océano Índico, que se uniría al Atlántico rodeando África, de un tamaño mucho menor que el real. Alejandro Magno llegó a la India por tierra, pero también era conocida la ruta por mar, desde el mar Rojo y África oriental.

Retrato imaginario de Claudio Ptolomeo. Pedro Berruguete y Justo de Gante. Studiolo de Federico de Montefeltro. Palacio Ducal de Urbino

La representación más antigua que se conoce del orbe o esfera celeste es la que sostiene la escultura conocida como Atlas Farnesio del museo de Nápoles, del siglo II d.C. Según la mitología, Atlas era un titán que fue condenado por Zeus a cargar sobre sus hombros la bóveda celeste. Se representan simbólicamente cuarenta y una constelaciones grabadas en relieve sobre los meridianos y paralelos. Al parecer, la escultura se encontraba en la biblioteca del foro de Trajano. Mucho más cercana en el tiempo, es la representación de la bóveda celeste de la biblioteca de la Universidad de Salamanca, obra de Fernando Gallego, datada en torno a 1480.

Bóveda celeste de Fernando Gallego. Escuelas Menores. Universidad de Salamanca. Foto: Wikipedia

Según la explicación del término de la Sociedad Española de Astronomía, «la esfera celeste representa una esfera imaginaria, de radio arbitrario, centrada en la posición del observador y sobre la cual se proyectan todos los cuerpos celestes y sus movimientos. Para especificar la posición de los astros sobre esta esfera se emplean las coordenadas celestes. La esfera celeste abarca todas las direcciones en torno al observador, pero normalmente solo se divisa la mitad, porque la otra mitad queda oculta bajo el suelo. La frontera entre la parte observable y la inobservable corresponde al horizonte del lugar». El astrolabio es una proyección estereográfica de la esfera celeste. A pesar de los conocimientos astronómicos, los conocimientos geográficos suficientes para representar la Tierra tuvieron que esperar hasta el siglo XVI. Nicolás Copérnico (1473 -1543) formuló la teoría heliocéntrica del sistema solar.

La órbita de la Tierra y los planetas alrededor del sol. «Harmonía Macrocósmica» de Andrea Cellarius (1708)

La esfera celeste, como un atributo de un emperador romano, aparece en la estatua colosal de Adriano, cuyo reinado se extiende entre 117 y 138 d.C. La imagen divinizada de Adriano sostiene la esfera en la mano izquierda y un cetro en la mano derecha. Durante el reinado de su antecesor, Trajano, el Imperio alcanzó su máxima extensión. Existía un comercio con Oriente a través de la Ruta de la seda, siendo los romanos consumidores de productos de lujo. También se sabe que el Imperio Romano tuvo contactos comerciales con la dinastía Han, en China. Puede ser que la representación de la esfera celeste fuera motivada por esa expansión de los límites geográficos. En cuanto al cetro, es un símbolo del emperador como «pontifex maximus», un título que significa que es la máxima autoridad religiosa.

Retrato del emperador Adriano, s.II d.C. Museo de San Petersburgo

En la iconografía cristiana la esfera celeste es un atributo de Cristo Salvador. El título de «Soter» o «Salvador» se da a los gobernantes griegos de Egipto a partir de Ptolomeo I Soter (367-238 a.C.), entre el siglo IV a.C. y el siglo I d.C. «Soter» o «Sóter» fue un título empleado en el culto a Zeus y los primeros cristianos atribuyeron este título a Jesucristo. En la mitología, el dios Soter es la personificación de la seguridad, la conservación y la liberación de cualquier daño. Se dice que fue marido de Peitarquia, personificación de la obediencia, y padre de Eupraxia, personificación de la buena reputación y la buena conducta. La esfera celeste asociada a una imagen religiosa es frecuente en la Edad Media, así como también se asocia a los emperadores del Imperio Carolingio y a los emperadores bizantinos. Por imitación, es adoptada como símbolo por reyes y emperadores. Esteban I de Hungria, cuyo nombre original era Vajk, de origen pagano, fue coronado rey el 1 de enero de 1001. La corona de San Esteban, conocida como «Sacra Corona» forma parte de las insignias empleadas en la coronación de los monarcas húngaros, junto a un cetro, un orbe y un manto. La corona parece representar la esfera celeste, de forma similar a la aureola de Jesucristo en la iconografía oriental, que tiene también una cruz. Alfonso VII el Emperador «Imperator totius Hispaniae» (1105 – 1157) es representado con una esfera. Alfonso VII casó en segundas nupcias con Riquilda de Polonia, por lo que puede ser por esta relación, la razón por la que la cúpula de la catedral de Zamora recuerde a las coronas imperiales, representando, al mismo tiempo, la esfera celeste.

Disco de Teodosio. Colecciones de la Real Academia de la Historia

La esfera aparece en el disco de plata de Almendralejo (Badajoz), que representa al emperador Teodosio I el Grande (Cauca, 347-395 d.C.) y, posiblemente, los emperadores Graciano el Joven y Valentiniano II, con los que era co-emperador, por lo que se podría deducir un significado geográfico para la esfera, puesto que Graciano gobernaba en Oriente y Valentiniano en Occidente. Sus cabezas están rodeadas por la aureola. A la muerte de Teodosio, el Imperio fue dividido entre sus hijos, siendo Arcadio emperador de Oriente y Honorio, emperador de Occidente, por lo que también se ha dicho que una de las figuras podría ser uno de sus hijos, dependiendo de las fechas. Teodosio ocupa un lugar central y es representado entregando un objeto que parece una tablilla a otra figura de menor tamaño. El Cristianismo se convirtió en religión oficial en 380, para acabar con los conflictos entre las diferentes facciones religiosas. Además era un momento en el que empezaban a surgir nuevas doctrinas. Hasta ese momento, la religión romana era oficial en el Imperio y Teodosio no era cristiano. En 381 convocó el Concilio de obispos de Constantinopla y estableció la versión ortodoxa del Cristianismo como religión imperial. Graciano el Joven fue el último emperador en ostentar el título de «pontifex maximus».

Giusto de Menabuoi. Frescos del Baptisterio de Padua

La representación del universo en el siglo XIV corresponde a una esfera en cuya parte exterior se sitúan las constelaciones y la Tierra en el centro, separadas por varias líneas que corresponden a las órbitas de la luna, los planetas y el sol. En la bóveda del Baptisterio de Padua (Italia) se representa un mapa de la tierra conocida que coincide con el mapa de Eratóstenes. En el tapiz del astrolabio de Toledo, de finales del siglo XV, el universo se representa mediante una proyección de la esfera celeste en un astrolabio.

Tapiz del Astrolabio de Toledo. Catedral de Toledo. Foto: Sergio Abella. Flickr

En el siglo XV, la representación de Cristo Salvador se acompaña con una esfera que recuerda a la esfera armilar, con la tierra en el centro y la representación de un espacio vacío, que corresponde a una esfera transparente, como si fuera un cristal, que no representa las estrellas ni las constelaciones. Este tipo de esfera aparece en las pinturas de Pedro Berruguete o Fernando Gallego. Otros pintores intentan representar el mundo tomando como referencia la esfera celeste, de modo que aparece un paisaje correspondiendo a la línea del horizonte, que representaría la parte visible, quedando la parte invisible por debajo de esa línea.

Cristo Salvador del Mundo de Pedro Berruguete. Tercera etapa (1483 -1503). Museo Diocesano de Palencia. Foto: Wikipedia

Leonardo da Vinci ,en 1500, representa en el «Salvator Mundi» una esfera que es un espacio totalmente vacío, que no tiene la Tierra en el centro. El significado de «mundus»en latín es «limpio» o «transparente». «Mundo» en latín significa «en el transparente» o «en el aire» o «en el espacio», puesto que «mundo» está en ablativo en la declinación de «mundus». «Mundus» es una palabra que puede referirse a las joyas. Se hace frecuente en esta época representar el manto de Cristo Salvador con una joya. Suponiendo que se trate de un autorretrato, quizá es que Leonardo quiso autorretratarse como el «Salvador del espacio» o «Salvador de la nada». Finalmente, la esfera, atributo de Cristo Salvador, pasará a representar el globo terrestre a partir del siglo XVI.

Salvator Mundi. Leonardo da Vinci, 1500

Foto destacada: Atlas Farnesio, s.II d.C. Museo Arqueológico de Nápoles